lunes, 18 de febrero de 2013

Dirofilariosis canina o "Enfermedad del gusano del corazón"


La Dirofilariosis es una enfermedad parasitaria producida por el parásito nematodo Dirofilaria immitis  localizada en regiones mediterráneas y tropicales. Se transmite por mosquitos y origina una insuficiencia cardíaca debida a la presencia del parásito en el lado derecho del corazón y la arteria pulmonar.

          Debido a la duración del ciclo vital de las filarias, los síntomas suelen aparecer a partir del año de la infección. Los animales con infección ligera pueden permanecer asintomáticos durante largos períodos de tiempo.

          Cuando un mosquito pica a un animal portador, adquiere las larvas del parásito junto con la sangre del perro. Cuando el parásito ingresa en el mosquito, sufre dos mudas o transformaciones en su interior antes de resultar de nuevo la larva infecciosa para el perro. Es entonces cuando, al picar a otro animal, el mosquito deposita al parásito sobre su piel, el cual aprovecha la herida de la picadura para penetrar en el perro.

          Las larvas o microfilarias migran por los tejidos  del perro y sufren nuevas mudas hasta penetrar en los vasos sanguíneos del animal, por donde se mueven hasta llegar a las arterias pulmonares. Allí maduran hasta el estado adulto y liberan formas larvarias. Cuando el número y tamaño de las filarias adultas es grande, pueden ocupar la aurícula derecha del corazón y alcanzar la vena cava y las venas hepáticas.

          Los síntomas que pueden aparecer están asociados a la enfermedad cardiopulmonar crónica que originan los parásitos: tos, dificultad respiratoria, debilidad, ascitis (acúmulo de líquido en abdomen), derrame pleural (líquido entre las membranas que rodean los pulmones), síncopes, etc. Sin el debido tratamiento, el animal puede llegar a morir.

Los hallazgos físicos y de laboratorio, y las radiografías torácicas pueden hacernos sospechar la enfermedad, pero el diagnóstico definitivo se basa en la observación de las fases larvarias del parásito en sangre circulante, la detección de los parásitos adultos por medio de ecocardiografía en casos de parasitosis masiva, o la detección del antígeno del parásito mediante pruebas serológicas.

          Debido a la dificultad del tratamiento médico y a sus posibles efectos secundarios, es muy recomendable prevenir la infección en nuestros animales siempre que vayamos a desplazarnos a zonas de riesgo o si vivimos en ellas. La enfermedad se puede producir en toda la geografía española, aunque es más frecuente en zonas próximas a ríos, marismas o zonas de regadío; las regiones más afectadas son Canarias, Huelva, Salamanca, ribera del Ebro y litoral mediterráneo.

 Existen productos para la prevención de la aparición de la enfermedad, siendo aconsejable realizar el diagnóstico de la posible parasitación antes de utilizarlos (mediante la prueba en sangre). Se recomienda su empleo desde marzo hasta octubre aproximadamente, principalmente si viajamos con nuestra mascota a alguna de las zonas mencionadas o vivimos en ellas.

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